viernes, 14 de diciembre de 2007

Sobre la Teoría de los contrarios

Desde un parafernalismo excéntrico, la humanidad despierta el desentrañado pliegue de la concepción; liga la comprensión de la realidad a los sentidos, asociando todo aquello que percibe a sus contrarios, como por ejemplo: la perfección de la imperfección, la negatividad de lo positivo, la finalidad sin un fin … por lo que parte el “sentido del sinsentido” .

Sin basarse en las leyes de la lógica, la teoría de los contrarios, logra explicar la complejidad de la realidad. Se revuelca en ella hasta convertirla en “nada”, como el sonido ensordece y como el silencio no se percibe, la teoría de los contrarios se adapta a todo, a lo que puede y a lo que no.

Sumergida en un paradójico universo, esta teoría pretende explicar el sentimiento de la nostalgia, que se arraiga constantemente a un deseo desenfrenado de sabiduría aún empapada en nada. Se descorre el velo de la mentira y de la ignorancia, se percibe el paralelismo entre certeza e incertidumbre, se inventa una verdad para lograr un nuevo autoengaño que frene el sufrimiento.

Ni la filosofía con la retórica, ni la ciencia que ha destronado al dios occidental, pueden captar en esencia la infinitud ideal de la teoría de los contrarios, ligada al placer del sufrimiento nostálgico de encontrarse fuera de la patria.